Jefes Tóxicos


Tras varios años en el campo de batalla, han pasado ya a mi lado diferentes «jefes» o coordinadores de los Centros de Salud donde he desarrollado mi vida profesional.

Con la problemática existente en Madrid ante el cambio de Gerencia Única, en nuestras islas ya vivimos la existencia de una Gerencia en AP y el juego de coordinadores o directores de los diferentes Centros de Salud, que son la extensión de la autoridad de la Gerencia en el campo de batalla.

Una modelo de empresa consiste en que el «Gran Jefe» tiene a su disposición una serie de «subjefes» que son su corte y su extensión en los Centros de Salud. En este modelo empresarial, los subjefes se consideran los ojos del Gran Jefe en los destinos de los mismos, y para garantizar un buen servicio se suele «favorecer» determinadas acciones.

Esto en Canarias puede ser admisible pero con la extensión de Madrid el caos es un hecho normal.

Dentro de los jefes, a lo cual dedico este post, he vivido varios modelos. Es verdad que el equilibrio entre dar y quitar debería ser la regla general de estos jefes o coordinadores, pero no todos valen para este puesto y, en las reglas de juego no todo vale.

Agradecer hace años la figura de un subdirector de un Centro de Santa Cruz de los barrios periféricos que me enseñó el equilibrio perfecto, ya que era capaz que todos sus profesionales doblasen en algún momento y nos cubriésemos mutuamente, descendiendo el gasto del centro por sustitutos, ayudándole a él a conseguir sus objetivos, pero, lo raro es que todos los profesionales lo hacíamos de manera agradecida.

Este modelo de equilibrio se  incrementaba cuando te favorecía o te ayudaba a acudir a cursos para formarnos, a congresos para conocer el desarrollo del conocimiento o a reuniones institucionales.

Frente a este gran modelo de coordinador se encuentran aquellos que para el trabajador no resuelve nada y da lo mismo que esté o no esté. Este coordinador generalmente es «comido» literalmente por los propietarios del centro y ellos llevan la voz cantante. Esto origina grandes diferencias entre los profesionales generando un ambiente enrarecido.

Pero el peor modelo de coordinador o jefe sería el «jefe tóxico», este es aquel que cree mandar por encima de todas las cosas, que favorece aquellos a los que considera «amigos» pero perjudica de manera extrema a los nuevos. Sería el coordinador que explota a los sustitutos y a los nuevos solicitando doblajes de manera permanente, colocándoles las peores guardias (sin importar su familia y su vida) y alterando todos sus permisos con negaciones absolutas.

Este jefe tóxico permite que los de siempre vayan a los congresos y cursos, los de siempre tengan los puentes libres y las mejores fechas de vacaciones porque los justifica que son los más antiguos en el centro, pero … lo único que genera un enfrentamiento continuo entre compañeros, reuniones incómodas y acusasiones innecesarias.

Este modelo de coordinador NO debería existir pero existe.

Espero que aquellos que deben reflexionen y cambien porque la toxicidad se extiende y nos puede dañar a todos de manera importante, y ya tenemos una Sanidad afectada y un país en crisis.

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