Fuente: Blog Médico Crítico
(1)No tener absolutamente ni idea de sanidad, servicios sociales o igualdad cuando llegas al cargo. (2) Provocar mediante un Real Decreto un cambio en la conformación del sistema sanitario recuperando un concepto que creíamos anacrónico, el de asegurado. (3) Basar el discurso de una reforma sanitaria en que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y que hay que actuar con rapidez (que en este caso era sinónimo de atolondradamente). (4) Cargarte la universalidad del sistema sanitario y que la sociedad se organice para rebelarse contra esa medida y monitorizar los efectos de la misma a lo largo del tiempo. (5) Enfatizar la palabra NACIONAL de «Sistema Nacional de Salud», utilizando al inmigrante indocumentado como un instrumento (riesgo de salud pública) desvistiéndolo de toda dignidad individual o colectiva. (6) Instaurar un «medicamentazo» con unos criterios -fármacos para síntomas menores- confusos y que habían probado ser inefectivos en medicamentazos similares en otros países. (7) Manipular de forma repetida los datos de gasto y consumo farmacéutico para que queden bien con el discurso apriorísticamente diseñado. (8) Mentir una y otra vez negando los efectos de tus políticas y ocultando problemas de salud bajo eslóganes simplones. (9) Dar apoyo explícito a consejeros que aplicaron con fervor leyes que costaron la vida de gente. (10) Hacer gala de ignorancia en temas de género diciendo que «la falta de varón no es un problema médico». (11) Continuar con una visión de la salud más propia del siglo XIX, negando la visión de las «causas de las causas» y caminando hacia el individualismo que niega la influencia de la sociedad en la salud. (12) Ir por el mundo contando mentiras manipulando los datos para defender tu gestión. (13) Hacer que el aborto sea un asunto legal y que el ministerio de sanidad no tenga nada que ver en la defensa del aborto como prestación de salud pública. (14) Gestionar a nivel nacional una crisis de salud pública internacional (ébola) de la forma más desastrosa posible, llegando al punto en el que tu propio gobierno te desacredita y te saca de la esfera de comunicación pública porque das vergüenza e intranquilidad a los que te escuchan.
Pero lo que te ha hecho dimitir no ha sido eso, sino ser «partícipe a título lucrativo» de la trama Gürtel. Ese será tu motivo, pero nosotros no olvidamos las demás hazañas. Que lo que venga nos sea leve.