Fuente: Blog El Supositorio
El debate entre el riesgo -bajo en términos absolutos, significativo en términos relativos- de los anticonceptivos de tercera generación (drospirenona, desogestrel y norestisterona) y el riesgo de tromboembolismo se conoce desde 1995. En el año 2007 escribí Los peligros de los anticonceptivos de tercera generación donde describía lo que luego se ha ido confirmando con numerosos trabajos.Javier Padilla en la entrada titulada Anticonceptivos desfinanciados, una buena noticia lo explica muy bien y con referencias originales.
El Ministerio de Sanidad financió públicamente medicamentos genéricos a menor precio del original, anticonceptivos de tercera generación con drospirenona y ya fue comentado. La utilización de la drospirenona debería limitarse a aquellas usuarias en las que se desea realizar un efecto antiandrogénico débil, y no extender su uso de forma generalizada teniendo disponibles anticonceptivos que usan levonorgestrel como gestágeno, de menor riesgo.
La actual desfinanciación retira los que contienen drospirenona, y en mi opinión, facilitará que se usen más, con prescripción financiada, los que utilizan levonorgestrel. Dado que las razones son económicas, se siguen manteniendo en la financiación pública aquellos que contienen desogestrel en combinación -también de tercera generación-
El uso de desogestrel sin estrógenos, tiene otras peculiaridades e indicaciones y me parece bien que siga en la financiación pública.
Resumiendo, independientemente de la financiación o no, los anticonceptivos de contienen etinilestradiol y levonorgestrel deberían ser los de primera indicación en la mayoría de las mujeres que desean contracepción oral combinada.