Fuente: Blog Médico Crítico
Morirán muchos más. La historia de Alpha no será la última (de hecho, seguramente no sea la primera).
Habrá quien diga que con estas medidas se iban a ahorrar muchos euros para poder alargar esas vidas de otra manera, pero había experiencias previas que apuntaban a un aumento de los costes económicos -por no hablar de aquello a lo que nos cuesta más poner cifras- por culpa de la restricción de acceso al sistema sanitario para los inmigrantes indocumentados. (Lu 2000)
Habrá quien diga que otros países de nuestro entorno dan menor asistencia aún, que no podemos «gastarnos el dinero que no tenemos» y argumentos similares, pero lo que está claro es que en España vamos hacia atrás, restringiendo la universalidad de nuestros servicios públicos siguiendo una hoja de ruta nada arbitraria (McKee 2011, Cuadra 2012, Bilal 2012)
Morirán muchos más, y no es casual que el primer caso que haya trascendido tenga a la tuberculosis como intermediario letal. Pero durante el tiempo que tarde en saltar a los medios de comunicación la nueva víctima del RD16/2012 otras víctimas de la no asistencia pueden estar sufriendo la exclusión sanitaria que convierte un derecho en un muro. Aunque algunas comunidades autónomas intenten paliar los episodios puntuales de petición de asistencia sanitaria por parte de aquellos que no tienen tarjeta sanitaria, las barreras se sitúan mucho antes, dado que la gente no acude al servicio sanitario por miedo a que la negativa a la petición de consulta vaya más allá y se convierta en una denuncia a las autoridades.
Menos público. Menos gratuito. Menos de calidad y, sobre todo, mucho menos universal.