Si nos escucharan …


Hablar de problemas en nuestra profesión no sería hoy en día objeto de un post, ni incluso de un blog, ni de un tratado, llegaría a rellenar una verdadera tesis con argumentos enfrentados en cada uno de los puntos a desarrollar.

Pero si centramos los problemas al entorno del trabajo, el médico de familia centra la mayoría de los suyos, por lo menos lo propios de su trabajo diario, en la sobrecarga laboral, propia por sus pacientes, y externa, generada por los de otros cupos.

Claro que este no es el único problema que tenemos en los centros de salud, pero en nuestro día a día, es el que nos afecta de manera continua, y es el que menos medidas de solución le podemos dar porque sobretodo no esta en nuestras manos, y veremos muchas veces el por qué.

El médico educa a sus pacientes, y es verdad que siempre tenemos algunos rebeldes que no entran en las normas, pero la mayoría suelen cumplir, por lo que en un cupo que llevemos tiempo, controlamos la demanda, pero si a estos pacientes, le añadimos demandada externa, esta ya es incontrolable.

Si esta demanda externa es impuesto por tus direcciones al no cubrir a compañeros en vacaciones, días de asuntos particulares, y lo que es más grave, en proceso de incapacidades temporales de larga duración (superiores a 7 días), con el único objetivo, porque otro no es lógico, es el ahorro económico de la empresa y el cumplimento de sus propios objetivos (dentro de los incentivos de las direcciones se encuentra el de gasto de personal anual dentro de su área de salud), en contrapartida, la sobrecarga del personal del centro de salud.

Esta contrapartida también se sabe que poco importa ya que mientras que no existan reclamaciones que les afecten seguirán tomando decisiones impopulares para sus compañeros, y, lo malo, es que esta sobrecarga conlleva el riesgo de errores y mala praxis para nosotros, los que atendemos a los pacientes, y por tanto las reclamaciones administrativas o, más importantes legales, no les afectan a ellos sino a nuestras titulaciones.

Y es así porque sí analizamos la estructura del sistema, en el centro de salud, el director da la orden cerrada al área administrativa de que pase todo a los sanitarios, que no filtre nada, salvo las repeticiones o partes, pero estos si el cliente se les pone muy «impulsivos» también los pasan, por tanto, registro en nuestra hoja de cita, ninguna responsabilidad civil para el administrativo, el se va a dormir feliz a casa, y responsabilidad pasada a segundo nivel, enfermero o médico.

Segundo nivel, enfermero, si es bueno, realiza un triage profesional, y puede ayudar al médico en la sobrecarga del centro de salud, y algunas patologías básicas atenderlas y darles de altas (ejemplos gastroenteritis, catarro sin signos de alarmas de pocas horas de evolución, … contacta telefónicamente con el médico y lo resuelven) o simplemente realizan un segundo paso administrativo y pasan todo al médico con constantes limpiándose también la responsabilidad legal.

Último paso, nosotros, atender todo lo que entra por la puerta, y si estás sólo en un periférico, por ejemplo, que en total hay 3 cupos, con unas 3.600 tarjetas, un área de influencia de 10.000 pacientes, con muchos desplazados por ser zona de turismo, te puedes encontrar con sobrecarga diaria, y con riesgo de fallos clásicos en consulta y …

Pero cuando intentas llamar a tu dirección y acordar una solución la respuestas es …

 

 

 

 

 

 

 

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