Tras pasar la enorme tormenta, pero que no fue más que una tormenta, que afectó ayer a nuestras islas y que hoy está aún dando sus últimos coletazos, los profesionales sanitarios no hemos visto, al menos con los que me he comunicado directa o indirectamente por las redes sociales, motivación o directrices de actuación por parte de nuestra empresa.
Y es que en los últimos tiempos el médico de familia, sus enfermeros y su personal auxiliar, tenemos cada día menor motivación para ir a trabajar y escuchar los problemas de nuestros pacientes.
Pero, ¿Por qué?
No tengo la varita mágica ni la contestación multidisciplinar necesaria, pero si tengo comentarios «petit comité», que es una fuente vital de información y de motivación de todos nosotros.
La tormenta de ayer y la no existencia de ningún mensaje en la intranet de apoyo, ánimo o directrices de nuestros jefes pone una vez más de manifiesto la sensación de abandono de muchos de nosotros ante la sobrecarga diaria y la derivación de derechos y derechos a los pacientes.
El sanitario, además de su obligación legal, debería seguir el camino de la ética de mínimos aplicando la beneficencia y no maleficiencia, o en traducción, el ayudar pero sobre todo no hacer daño, cuando las necesidades lo precisa.
Los principios de justicia y autonomía quedan en un segundo plano de actuación, y esto responde a que la distribución equitativa de los recursos es imprescindible si se puede, no tenemos que atender a todos, sino aquellos que si no atendemos podremos producir un daño.
Pero a parte de esto transmito mi sincera gratitud a todos los compañeros que ayer estuvieron en sus puestos de trabajo, tratando pacientes, y no estableciendo una NO dirección de recursos, aquellos que se jugaron su integridad personal por llegar su puesto de trabajo, en especial a la gente del Norte donde el temporal fue un verdadero Delta 2.
A todos mis sincera gratitud y animo, porque los compañeros si que creemos en nosotros y por los medios posibles nos apoyamos.
Desde i blog, Facebook y twitter, felicidades a todos por su labor ayer, y hoy es un nuevo día.